Algún Domingo de algún año, la tristeza se esfumó y las tardecitas después de la siesta, comenzaron a ser el preámbulo de un ocaso sin pena. El aire cálido del viento norte pegando siempre en su cara limpia, pura, pero no inocente, pedaleando a pura sangre sobre el asfalto.
La meta en la frontera misma del horizonte y ya! marchando veloz, para que el charco del pasado no alcance a salpicar y las voces oscuras derramadas en lluvias negras, solo sean malos ratos en el esfuerzo cotidiano del olvido.
Vivir en el Gran Camino
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*Vivir en el Gran Camino*
*no es ni fácil ni difícil..*.
Siempre que haya una meta, el camino podrá ser fácil o difícil. Depende de
dónde estés, de cuánta d...
Hace 8 años
2 comentarios:
Es como lo que decía Drexler: "de repente la pena voló y no importó ya ni siquiera porqué... se va, se va... se fue".
Un abrazo para derrotar silencios indeseados, y para dejarlos donde hagan falta, como parte de la melodía cotidiana.
Y un besote.
Algún día las penas terminan, aunque hay ciertos dinosaurios que se empeñan en aturdir la verdad.
Beso a gritos
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