Dividiendo mi vida en pequeñas fracciones, podría diferenciar la idiotez, de la racionalidad. O las corazonadas, de los desaciertos.
Con gusto los separaría para encajonar las penas y los olvidos.
Con más gusto aún, los sujetaría bajo la lluvia lacrimógena necesaria, para disolverlos.
Me quedaría solo con algunos fragmentos en las manos. Algunos lanzados en un mar equivocado, otros cotidianamente tangibles.
Por último, atesoraría los que aún tienen el aroma fresco, del rocío de un llamado.
Vivir en el Gran Camino
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*Vivir en el Gran Camino*
*no es ni fácil ni difícil..*.
Siempre que haya una meta, el camino podrá ser fácil o difícil. Depende de
dónde estés, de cuánta d...
Hace 8 años