sábado, 15 de noviembre de 2008

Huellas

-Germán!!! Exclamó sin pudor y con desenfado. El chico con nombre de adulto, subió inmediatamente al cordón de la vereda, ante el enojo tembloroso de su madre. No tardó en insistir con su exploración callejera, claro. El hilo de agua que corría sobre el asfalto, era más poderoso que su obediencia.
Pisada tras pisada, empapaba la suela de sus zapatillas blancas, para invadir las baldosas secas, dejando su huella con su sello personal. Caminaba hacia atrás o de costado, mirando de reojo el suelo, que se iba marcando a su paso... y a su madre, por si las moscas.

Era otro Viernes, otra luna. Esperando el colectivo, sumándome a Germancito, mirando huellas.

1 comentario:

Xi dijo...

Porque en las huellas mojadas de G se refleja con menos polvo la luna de la ciudad.

Un besote.