miércoles, 26 de noviembre de 2008

Giros

Deambulando por deambular y con más desaciertos que dinero en los bolsillos, detuvo su paso frente a una ventana, que tenía la solidez característica de aquellas construidas con maderas nobles. Marco de roble de eslavonia y el inconfundible aroma del cedro, sosteniendo vidrios biselados, impecables, transparentes. Buenas maderas, se dijo
Se esforzó por un instante por mirar más allá, pero sus ojos se enfrentaron a la realidad presbicia y palpando nuevamente sus bolsillos, bajó su mirada, giró su cuerpo y continuó deambulando

2 comentarios:

Xi dijo...

Allí donde fallen los ojos, que sirva siempre la intuición. Como quien dice, allí donde no sirva el rock, ¿pongamos nanas?

;)

silente dijo...

Mientras haya alguien que ayude a mirar, no importarán bolsillos vacíos .
Si, pongamos nanas