viernes, 10 de julio de 2009

Tesoro

Esa noche, el sueño fue tan real, que despertó con la seguridad de que los árboles alimentaban su sabia con secretos y que los más nutritivos eran los atesorados por la piel.

En la mañana corrió velozmente hasta el árbol más anciano, para abrazarlo y descargar en él su más precioso secreto... ese que guardara su tacto, alguna luna de frío.

6 comentarios:

Campanula dijo...

Que bonito, como siempre, me alegra q estes escribiendo continuamente otra vez

●•• √эиuⓩ ••● dijo...

La naturaleza es la única que no nos limita y aleja con la hipocresía y frialdad de la humanidad.

Saludos, espero estes bien!

Júlia dijo...

A veces me despierto con el apremiante deseo de abrazar árboles erectos.
En esos días, en vez de vestirme, me desnudo todavía más para ir a compartir mi deseo con los pinos...

silente dijo...

Campa :Lento, pero voy.

Beso.

silente dijo...

Venuz : Creo que en todo caso, la naturaleza nos aleja "de" la hipocresía y la frialdad humana.

Besote.

silente dijo...

Julia : Que sueño te habrá dejado con ese deseo?

Bienvenida.. :)