miércoles, 25 de febrero de 2009

Fumador

Engañado por algún clásico, ficcionó encender un cigarrillo, con la ilusión de que el tiempo aceleraría su paso. Miró su reloj, se imaginó estúpido y fumador.
En la vereda enfrentada a la suya, un limpia vidrios acomodaba sus elementos para desplegar su poder liberador de impurezas sobre las vidrieras. Primero un estropajo raído, destilando espuma como un perro rabioso. Luego el secador finito, de goma blanda y acero inoxidable (profesional). El zigzag infalible arrastrando los restos de mugre, mezcla de detergente, polvo y smog, se continuaba una y otra vez, cual nadador olímpico...infalible.

Volvió a su reloj. Cinco minutos, solo cinco minutos transcurrieron. Golpeó el filtro de su imaginación con el pulgar, para liberarla de cenizas, sonrió ...y se marchó.... estúpido y fumador.

2 comentarios:

Xi dijo...

Es que fumar es un placer genial, sensual. Es que aspirando tabaco, aspiras la realidad en otra frecuencia y otra temperatura. El universo te entra por la tráquea y las fosas nasales se llenan de atisbos de cenizas pasadas y futuras.

Mientras pueda encenderse está bien. Hay que cuidar apenas que la vida no sea un pucho mojado.

silente dijo...

Si! sería el colmo sentirse "estúpido, fumador y mojado".

Beso. :)