lunes, 14 de junio de 2010

Siembra

A veces suele ver viejas imágenes que supone suyas, pero que en realidad han sido sembradas por algún mayor que con suma habilidad le narró en las primeras horas, cuando el asombro estaba a flor de vida.

En esos tiempos, la fascinación aparecía como un sello que se clavaba en el lacre de su memoria.

Una a una sumaba historias : "-porque cuando eras chico....."- Así daba comienzo un nuevo recuerdo real, que con leves retoques ficcionados, fagocitaba su atención a la hora de la siesta.

La semilla del relato, caía en el mejor surco sumándose a la maravilla de la siembra.

Como aquella historia de la chica en la madrugada, que zapatos en mano, humedecía sus pies descalzos con el rocío de la vereda, empapando sus labios de azúcar con el reflejo de la luna sobre el empedrado...demorando el regreso

2 comentarios:

Ivo dijo...

El don de la memoria...
Que acumula imágenes, emociones, sonidos y fragancias.
Que nos devuelve el instante preciso del pasado, la risa y la lágrima.
Que nos otorga la exquisita oportunidad de invitar a ese otro a que entre y participe...
Gracias
Beso de rocío y madrugada

●•• √эиuⓩ ••● dijo...

Oye! que excelente relato!

Tienes toda la razón, existen recuerdos reales, natos e inventados... Yo no entendía por que!... Ahora lo sé...