miércoles, 28 de abril de 2010

Rocas

Ya, en la otra orilla, sintió la fatiga instalada en sus piernas. Por que la tarea requería más que un simple impulso y demasiado equilibrio, si es que uno prefiere mantenerse seco.

Atrás, los lomos de las rocas asomados en una delgada línea, como migas de pan arrojadas por si acaso...y sus huellas de suela vacilante, lavadas por el mar dulce.

Y finalmente cada piedra dejó de ser obstáculo, para volverse punto de apoyo.

2 comentarios:

●•• √эиuⓩ ••● dijo...

Es un muy buen consejo, muy bueno para seguirlo!... convertir los obstaculos en puntos de apoyo... :D

Ivo dijo...

Bien, este me gusta mucho.
Que tema el equilibrio, NO??
Beso